Hay días en los que me cuesta despertar y camino en duermevela.
Hay días en los que me gusta soñar.
Hay días en los que aterrizo a este mundo, días para lavadora y plancha.
Días para comprar buscando las ofertas de cualquier soñador...
Hay días en los que la noche se hace infinita, entre humo y risas de buenos amigos.
Hay días de añoranza, días de nostalgia, de melancolía…
Hay días en los que moriría por unos mimitos.
Hay días en los que me gusta bailar frente al espejo.
Hay días en los que robaría besos al salir a la calle.
Hay días en los que reniego de todo.
Hay días en los que dudo de la dignidad del ser humano.
Hay otros días en los que las circunstancias lo justifican todo.
Hay días en los que se me olvida que son lo que son para los demás.
Días en los que no creo que la vida les haya tratado bien.
Hay días en los que me enfado cuando pienso que para muchos las oportunidades son pocas.
Hay días en los que me enfado cuando pienso que para muchos las oportunidades son pocas.
Hay días en los que lucho con uñas y dientes contra el “aquí el que no corre vuela”.
Hay días en los que extraño tu mirada.
Hay días en los que tengo revolucionadas las hormonas.
Hay días en los que me gusta escuchar a solas canciones de amor.
Hay días en los que no me apetece nada y también estoy bien.
Hay días en los que viajo desde mi sofá y otros, que son los menos, en un avión.
Hay días en los que planifico para después modificar sin parar.
Y es que la vida es eso...
Estar en el momento que quieres en el sitio que te pide el cuerpo (aunque no siempre se pueda).
Hay días en los que sé que aún me quedan muchas cosas por hacer, muchos sitios por conocer, personas que marcarán mi vida, nuevas sensaciones que descubrir, nuevos sabores, nuevos olores, nuevas texturas…
Hay días en los que me arranco por bulerías y otros en cambio me da por la salsa.
Hay días en los que siento que el mayor tesoro es la libertad.
Hay días en los que siento que el mayor tesoro es la libertad.
Hay días en los que te susurro para que vengas a dejarme tu olor en la almohada, hay días en los que te grito para que vengas a amarme en silencio...
Hay días en los que te digo “Ya puedes entrar sin llamar…de puntillas”.
Hay días en los que brindo por la vida, por el amor, por la melancolía, por las sonrisas, por los colores, por extrañarte...
Por todo lo que nos queda por vivir.
Hay días en los que me gustaría saborearte con una copa de vino y besarte sin urgencias.
Hay días en los que sigo soñando.
Hay días que me siento terriblemente sexy y otros en los que ni con todo el colorete del mundo.
Hay días que me siento terriblemente sexy y otros en los que ni con todo el colorete del mundo.
Hay días en los que daría lo que fuera por hacer desaparecer de un plumazo los kilómetros que nos separan y otros que los bendigo pensando en el reencuentro.
Hay días en los que sonrío con ligeraza, en cambio otros días lloro con un mal gesto.
Hay días en los que confío porque en el fondo sé que estoy hecha para confiar.
Hay días en los que me cago veinte veces en las injusticias.
Hay días en los que me encanta el frío en mi cara y otros en los que prefiero mantita y chimenea.
Hay días en los que estar a solas es mi mejor regalo.
Hay días en los que te regalaría mi alma.
Hay días en los que te arrancaría la camisa y te comería a besos en cualquier esquina.
Hay días en los que escucho, aprendo y actúo en consecuencia.
Hay días en los que pienso que has venido para quedarte.
Hay días en los que pienso que has venido para quedarte.
Hay días en los que me regalo autocríticas y otros como hoy, flores y canciones.
Hay días…
Hay días para todo…
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